La salida de Davide Mazzanti de la selección italiana ha abierto la puerta a los rumores sobre quien asumirá el mando del elenco azzurro

Los nombres para asumir uno de los puestos más cotizados del mundo voley, hemos venido escuchando los de Julio Velasco, actualmente al frente de la UYBA en la Serie A1, Giovanni Guidetti, el hombre detrás de Vakifbank y la selección serbia, y Daniele Santarelli, la mente detrás del éxito de Conegliano. Sin embargo, estos rumores lo único que hacen es reforzar la idea de que la Federación Italiana está poniendo sus ojos en “peces gordos” del voleibol mundial para dirigir a su selección femenina.

Uno de los desafíos clave que podrían enfrentar estos candidatos es una regla peculiar de la federación italiana. Esta estipula que el técnico de la selección no puede tener responsabilidades duales, lo que significa que no puede entrenar a un club mientras se encuentra al mando de la selección nacional. Esto en busca de exigir compromiso de todo el año, lo que para muchos, podría convertirse en un factor decisivo. Italia se viene convirtiendo en una fuerza dominante en el voleibol mundial. Para este equipo, las decisiones principales importan menos que seleccionar a un lider con el carisma y la autoridad para sobrellevar los desafíos que actualmente atraviesa este equipo.

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Sin embargo, esta regla ha venido provocando una serie de discusiones importantes dentro de la comunidad, especialmente cuando se consideran las regulaciones que se aplican globalmente en este deporte. ¿Es correcto restringir de esta manera al entrenador de la selección nacional? Algunos argumentan a favor de permitir un rol dual, siguiendo el ejemplo de países donde los entrenadores manejan exitosamente las tareas del club y del país. Nombres como Guidetti, Santarelli y Heynen aparecen como ejemplos brillantes.

Lo crucial de este debate se reduce a algunos pocos factories que pasamos a analizar:

– El momento actual de la selección italaian: ¿Sigue siendo una potencia o existe la necesidad de evolucionar desde algunas etapas iniciales?
– ¿El entrenador debe estar vinculado todo el año a la selección?
– La selección nacional italiana necesita desarrollar un proyecto nuevo o puede ampliar el que viene desarrollando?

La mezcla de experiencias de Santarelli con Croacia, Serbia y Turquía ofrecen un excelente ejemplo de caso de estudio. Si bien tuvo que enfrentar desafíos importantes con Croacia, su mandato con Serbia y Turquía estuvieron llenos de elogios. Una diferencia notable fue heredar un formidable equipo serbio que ya era actual campeón del mundo.

Giovanni Guidetti se encuentra del otro lado, que parece desafiar todas las normas. Sus exitosas etapas al mando de selecciones nacionales como las de Alemania, Holanda y Turquía, mientras también asumía responsabilidades en el club, son testimonio de su adaptabilidad y habilidades incomparables.

Otro caso interesante es el de la selección femenina de Francia. Su notable crecimiento bajo el mando del estratega belga Émile Rousseaux es un testimonio de lo que se puede lograr con atención exclusiva a una selección nacional.

La dedicación exclusiva a la selección durante todo el año es sin duda un desafío. Más allá del entrenamiento, también implica monitorear a los potenciales miembros del equipo y a los talentos que vienen emergiendo, así como comprender el desarrollo y elaborar estrategias para compromisos futuros.

El dilema de tener un doble papel podría resolverse simplemente cambiando el calendario de competición, entrelazando las temporadas de clubes y selecciones a lo largo de 11 meses. Esto extendería ambas temporadas, permitiría una mejor actividad de marketing y eliminaría la necesidad de dos puestos de entrenador.